El famoso tijeretazo presentado por José Luis Rodríguez Zapatero hace un año tendrá consecuencias permanentes en los bolsillos de funcionarios y pensionistas. El plan de ajuste preparado por el Gobierno en mayo de 2010, tras un durísimo fin de semana en Bruselas en el que pareció inminente la caída de España, tiene réplicas (como los terremotos).
En estos momentos, trabajadores del sector público y jubilados ya sienten en sus pagas la reducción de poder adquisitivo. Y la tendencia parece que no se detendrá. Cuando el Gobierno decretó el recorte de sueldo de unos y la congelación de las pagas de los otros, la inflación estaba en el 1,5%. Por eso, en aquel momento fue una decisión polémica, pero que quizás podía tener daños limitados en estos dos colectivos. Sin embargo, a día de hoy, con los precios disparados un 3,5% y una tendencia ascendente, los recortes de entonces se hacen mucho más grandes.
El Gobierno subió las pensiones mínimas un 1%, por lo que se supone que ésta era su previsión de inflación. Sin embargo, los analistas ya apuntan a que el índice de precios acabará el año al menos en el 3,5% (es la previsión del consenso Funcas) y muchos empiezan ya a hablar de un 4%. Esta sería la pérdida de poder adquisitivo de los pensionistas, mucho más de lo que se preveía y de lo que Rodríguez Zapatero anunció.
Para las cuentas del Gobierno, este incremento de los precios es una muy buena noticia. La inflación es un impuesto injusto, puesto que no hace falta subir de forma evidente los niveles para recaudar más, sólo hay que esperar a que los salarios se ajusten al IPC (totalmente o en parte) y cobrar más por la correspondiente subida de la renta. Además, el IVA también recauda más con precios más altos. Y en general, los pagos del Gobierno se mantienen (porque están determinados en precios nominales) mientras su coste real decrece.
Funcionarios
Pero si los pensionistas sufrirán la subida de la inflación, peor lo tienen los funcionarios. El Gobierno anunció un recorte del 5%, pero a esa rebaja habría que sumarle una adicional del 8% de media, derivada de la consolidación del recorte en las pagas extras. El truco es que el Gobierno sólo recorta el 5% en el sueldo mensual, pero deja en la mitad las extraordinarias de julio y diciembre. De esta manera, el recorte real se dispara a entre el 8% y el 15%.
Ahora, además, ese nuevo sueldo disminuido vale menos, puesto que los productos de la cesta de la compra cuestan más. Los funcionarios podrían haber perdido de esta manera hasta un 20% de poder adquisitivo en menos de un año, tal y como avanzó Libertad Digital. Y no sólo suben los precios, también otros índices como el euríbor llevan varios meses con tendencia al alza.
Pero además, la pesadilla de los trabajadores públicos podría tener un final todavía lejano en el tiempo. Según publicaba este miércoles Expansión, "el Gobierno prepara otro ajuste salarial" a sus empleados. En las cuentas que Elena Salgado ha enviado a Bruselas aparece un recorte de 15.000 millones de dólares en salarios públicos.
El desglose de ese ahorro sería el siguiente: con la congelación de los sueldos ya efectuada, el Gobierno prevé ahorrarse 3.000 millones hasta 2014. Además, su intención es cubrir sólo el 10% de las plazas vacantes, con lo que se ahorraría hasta 8.000 millones de euros. Por último, quedarían 4.000 millones más de recortes, que habría que implementar antes de 2014 y que irían dirigidos, fundamentalmente, contra los sueldos de los trabajadores públicos. Eso sí, aplicar una rebaja de un 10-15% a un colectivo al que ya se le ha recortado un nivel similar no será nada sencillo.