"A Kodak le pasó la teoría del cisne negro, donde algo va a transformar tu vida y negocio, pero es impensable y no lo puedes preveer", aseguró el presidente. Cuando los directivos de la compañía estadounidense, cuyos beneficios procedían del ya decadente negocio de la película, le ofrecieron esta misión, "vi que llevaba implícitos cuatro retos y no sé cuál era más difícil", declaró el presidente de Kodak, Antonio Pérez, en su intervención en el acto organizado por Nueva Economía Fórum.
En este sentido, añadió que "era impensable que con mi carácter no pudiese aceptar un reto así, me sentía como un niño en una tienda de juguetes", informa Servimedia.
Según el presidente, la transformación del negocio de analógico a digital debía ser "rápido, socialmente aceptable y sin destruir la imagen de marca".
El primer reto consistía en la reestructuración del negocio de la película. La compañía contaba con 70.000 empleados, el 95% dedicados a esta tarea. El segundo reto, "para mi el más difícil", señala Pérez, fue el de los negocios fiscales. "Aunque la comercialización no era buena, el I+D funcionaba muy bien; ahora somos una de las tres mejores empresas en I+D".
La liquidez era el siguiente reto que Antonio Pérez tuvo que asumir. Según el presidente, "cuando acepté esta misión, no supe que iba a costar 4 billones de dólares", y añade "lo conseguimos gracias a las patentes, de hecho, somos una de las mejores empresas de Estados Unidos en número de patentes por empleado".
El último reto pasaba por los gastos ya que al tratarse de una empresa antigua, tenía que afrontar los gastos que suponían los seguros médicos de una cantidad de personas retiradas cuatro veces superior a los empleados. "Este mantenimiento nos supone un gasto de 300 millones de dólares al año".
Los resultados han sido positivos: el 75% de la facturación procede de ocho de las nuevas líneas de los beneficios. "Estoy orgulloso de formar parte de este equipo", concluyó.