España tiene ya casi cinco millones de parados. Pero la llamativa cifra que ha dado este viernes la Encuesta de Población Activa (EPA) ha ocultado algunos otros datos realmente preocupantes para la economía española. Se mantiene la tendencia que hemos denunciado en los últimos meses: cae el número de personas activas, el de ocupados, asalariados del sector privado y empresarios. Mientras, sube el número de funcionarios y de integrantes de las llamadas clases pasivas. El sector productivo español es cada vez más pequeño y su capacidad de aguante está al límite.
La población activa
Los habitantes de cualquier país se dividen en población activa y pasiva. Los menores de 16 años se consideran pasivos (no pueden trabajar), y a éstos se unen los mayores de esa edad que no están buscando trabajo remunerado (pensionistas, estudiantes, amas de casa, etc...). El resto de los mayores de 16 años conforman la población activa, que se divide entre ocupados y parados.
Pues bien, el primer dato que sorprende de la última EPA es que esta población activa ha caído en España casi en 43.000 personas en el último semestre. Es decir, ha habido un descenso neto de trabajadores en el mercado laboral, bien porque se han ido de España o bien porque han dejado de buscar trabajo. Y a pesar de este descenso, ha subido el paro, lo que es doblemente preocupante: aunque hay menos gente buscando empleo (lo que debería ser un pequeño alivio para el mercado) había 213.000 desempleados más en marzo que en enero.
Pero además, analizando los datos con algo más de cuidado, salen a la luz algunas otras cifras que deberían llevar a reflexión sobre la capacidad de crecimiento de la economía española. En el último año, ha caído el número de empleados del sector privado y de empresarios. Por otro lado, han crecido los trabajadores del sector público y las clases pasivas. Cada vez más gente vive de los impuestos o los sueldos de otros.
El mercado laboral, en cifras
De esta manera, según el último censo, en España viven 47 millones de habitantes. Analizando los datos de la EPA y del último censo de población, se pueden distribuir, aproximadamente, de la siguiente manera:
1. Clases pasivas: unos 23,5 millones, aproximadamente.
Menores de 16 años: 7.900.000.
Población mayor de 64 años: 7.800.000
Inactivos entre 16 y 64 años (que no buscan trabajo remunerado): 7.700.000
2. Población activa: unos 23 millones.
Funcionarios: 3.185.900 (doce meses antes sumaban 3.088.000)
Parados: 4.910.000 (han subido en 297.000 desde marzo de 2010)
Empresarios: 2.838.000 (en marzo de 2010 eran 2.927.000).
Asalariados de del sector privado: 11.935.000 (hace un año eran 12.165.000).
Otros (miembros de cooperativas,...): 200.000 personas.
La foto
Según los datos anteriores, la suma de miembros del sector privado ronda los 15 millones de un total de 47 millones de habitantes. Esto no quiere decir que los 32 millones restantes no aporten nada a la sociedad o no merezcan la paga que reciben.
Un país necesita buenos funcionarios (jueces, policías...) y sus sueldos tienen que pagarse con los impuestos de todos, incluidos los que les cobran a ellos. Evidentemente, los pensionistas merecen la prestación que se han ganado durante muchos años de esfuerzo. Los parados han cotizado para ganarse el derecho a un subsidio. Y otros colectivos, como estudiantes y amas de casa, también son imprescindibles en el presente y el futuro de cualquier sociedad.
El problema no es ése. La cuestión es si los sueldos y los impuestos de los quince millones de trabajadores y empresarios del sector privado pueden sostener al resto. O si no sería necesario que se ampliase la base de esa estructura productiva. La tendencia en España en los últimos treinta años ha marcado un incremento del número de pensionistas y estudiantes (lo que es bueno porque quiere decir que se ha elevado la esperanza de vida y hay más jóvenes que continúan estudiando, etc...); pero también del número de parados y funcionarios (tanto los que son necesarios como los que no).
De esta manera, la foto de la economía española muestra que le cuesta mucho hacer crecer el número de trabajadores del sector privado (el que crea riqueza). Mientras, el resto de los subgrupos mantienen una tendencia creciente imparable. Además, no es una cuestión de los últimos cuatro o cinco años. Como explicábamos hace unos meses, el número de funcionarios ha pasado de 1,3 millones a 3,2 (casi un 150% de incremento) en las tres últimas décadas, mientras que el de miembros del sector privado sólo ha crecido de 11 a 15 millones (un 36%).