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per cápita

Los españoles consumen un 16% menos que en 2004

Las familias están priorizando los productos básicos (alimentación), cuya demanda cae mucho menos respecto al resto de productos.

Como ya veníamos anticipando desde estas páginas hace meses era inevitable que la caída de la demanda se acabara trasladando cada vez con más fuerza al consumo y, por lo tanto, a las ventas de los comercios.

Sin embargo, los datos de marzo son mucho peores de lo que se podía prever, alcanzando la caída en el comercio en general (una vez deflactada y corregida de calendario) el 8,7%. Esta tasa de descenso iguala las registradas durante el desplome que sufrimos durante el cuarto trimestre de 2008 y el primero de 2009. También supera ampliamente las tasas que se vieron desde entonces, cuyo mínimo vimos en enero de 2011 (-4,5%). En su conjunto, el primer trimestre de 2011 ha sido el peor desde el mismo trimestre de 2009, pero con el agravante de que la tendencia no hace sino empeorar.

En el gráfico se aprecia claramente que no se trata de un problema puntual, sino que la tendencia está empeorando de forma sumamente preocupante. El índice general cae ya un 18,9% desde máximos, desplomándose 3,4 puntos desde el 15,5% de febrero. También se ve que todos los índices se encuentra al nivel más bajo desde que existen registros.

Por otra parte, se puede apreciar claramente que las familias están priorizando, como no puede ser de otra forma, los productos básicos (alimentación), que caen mucho menos, sobre el resto. Sin embargo, las ventas de los comercios en alimentación descienden con mucha fuerza, mostrando de este modo la dureza con que la crisis está afectando a muchas familias. El descenso alcanza un 5,6% respecto a marzo del año pasado y un 11,6% desde máximos. Es la peor caída desde mayo de 2009.

En cuanto a la no alimentación, la situación es desoladora, puesto que cae un 9,8% respecto al pasado año, también el peor descenso desde mayo de 2009. El índice se ha hundido nada menos que un 23,6% desde máximos.

Pero estos datos esconden todavía una realidad mucho más dramática para las familias, y es que los índices no tienen en cuenta el drástico aumento de población que ha habido en España en los últimos años.

Si descontamos este factor, como se hace en el siguiente gráfico, la situación real se muestra en toda su crudeza, y se puede ver que la subida que propició la burbuja fue sumamente modesta, mientras que la caída de los estándares de vida ha sido brutal y continúa deteriorándose a tasas rapidísimas. Actualmente, los niveles de ventas de los comercios -per capita- son un 16% inferiores a los de enero de 2004, cuando comenzaron las series.

La estadística nos brinda, además, otro dato muy preocupante, que es el de ventas en grandes superficies, que durante la primera fase de la crisis aguantaron ligeramente mejor que los del comercio en general. Sin embargo, esta tendencia se ha invertido y, actualmente, su situación es mucho peor, hundiéndose a una tasa récord desde que comenzó la crisis del 12,9%, 4,2 puntos más que el comercio en general y peor que el peor mes desde que comenzaron los registros, que era hasta ahora marzo de 2009. En estos momentos el índice es un 23,9% inferior al de máximos, 5 puntos más que el índice de comercio general.

El panorama para los próximos meses sigue siendo sumamente malo. Existen varios factores que harán que la demanda se debilite aún más:

  • Nuevos recortes en el gasto público una vez pasadas las elecciones.
  • Subidas de los precios del petróleo que drenarán aún más riqueza hacia el exterior.
  • Agravamiento de la sequía crediticia, de la que vienen avisando sistemáticamente desde el sector financiero.

La discreta mejoría de las exportaciones y el buen comportamiento del turismo extranjero sólo podrán contrarrestar en pequeña medida estos efectos depresores, por lo que es de prever que esta alarmante tendencia continúe.

En Libre Mercado

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