La penuria de las finanzas regionales es tan acusada en algunos territorios que ya ni siquiera queda fuelle económico para sobornar a los votantes con cantidades decentes. Es lo que ocurre en Asturias, que acaba de hacer pública una convocatoria de subvenciones, francamente bochornosa si la comparamos con las cifras mareantes que los políticos periféricos derrochan de forma habitual. 2.000 euros de presupuesto para comprar votos a los desempleados es una cantidad tan ridícula que sólo puede explicarse con la existencia de un error material en la redacción de la norma por el funcionario interino de turno.
Ahora bien, aunque las arcas públicas estén desfondadas, el rigor facial de los políticos a la hora de inventar maneras de sobornar al electorado carece de cualquier límite conocido, de lo que es una buena muestra el ejemplo que hoy nos brinda el muy socialista gobierno asturiano.
Todos sabemos que los fondos destinados a la promoción del empleo se dilapidan de las formas más variopintas. Así pues hay "ayudas" para formar a los desempleados de larga duración y para los que acaban de irse al paro, para los mayores de 50 años y para los menores de esa edad, para los parados en riesgo de exclusión y también para los que no corren ese peligro, para los que tienen cargas familiares y para los que viven solteros la mar de felices en casa de los papás, para los que tienen alguna minusvalía y para los que están hechos unos brazos de mar, para hombres emprendedores y para mujeres desesperadas... En fin, que por más bizarra que sea la condición del pobre desempleado, el político tiene un sobre con dinero para ofrecerle, pero eso sí, siempre a través de los sindicatos de obreros o de patronos, que son los que realmente entienden de este asunto.
Pero lo que no habíamos visto nunca, y la novedad es mérito exclusivo del gobierno asturiano, es que se entregue también dinero para que los parados concilien su vida familiar con la participación en estos programas, supuestamente destinados al fomento del empleo.
Uno pensaría que cuando se está sin empleo lo urgente es encontrar un puesto de trabajo. Sin embargo, eso es así sólo si previamente se han cumplido las prevenciones que el progresismo feminista establece como prioritarias, tales como respetar exhaustivamente "las políticas de inserción de las mujeres en el mercado de trabajo, la igualdad entre hombres y mujeres, la conciliación de la vida laboral y familiar o la igualdad de los sexos".
Entre encontrar un trabajo remunerado o actuar como un progre a la violeta el gobierno de Asturias incentiva lo segundo, si bien con una cantidad tan ridícula que más bien parece un insulto, especialmente para los votantes de izquierdas, siempre tan celosos de sus finanzas privadas. 10 euros al día; no podía llegar más bajo la cotización del voto de progreso en el Principado.