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El Tren de la Fresa no circulará este año por problemas de déficit

El tradicional Tren de la Fresa no circulará este año después de 26 años por los problemas de déficit que tiene la Fundación de Ferrocarriles Españoles.

Según ha explicado el director del Museo del Ferrocarril, Miguel Muñoz., la dirección de la Fundación ha decidido suspender la campaña porque el déficit que tiene "no se puede asumir". "La situación económica actual también afecta, como todo el mundo puede entender", ha señalado el director a Europa Press.

No obstante, ha explicado que la puesta en marcha del Tren de la Fresa depende de cuatro instituciones (Comunidad de Madrid, Ayuntamiento de Aranjuez, Patrimonio Nacional y la Fundación de Ferrocarriles) y que todas están haciendo "un esfuerzo" para "salvar la situación" y, al menos, poder ofrecer parte de este servicio.

De hecho, tienen convocada una reunión para este miércoles por la tarde con el fin de estudiar si se puede mantener la campaña con "parte de las circulaciones" que hacían hasta el momento. Actualmente, al año se realizaba una veintena de circulaciones, y la solución pasa, a lo mejor, por reducirlas a la mitad.

"Si antes se hacían los sábados y domingos, pues hacerlo sólo los domingos", ha explicado Muñoz, que ha indicado que este Tren recibió el pasado año a unos 6.000 viajeros (unos 300 de media por cada circulación) y ha insistido en que están "haciendo números" y que lo más seguro es que se pueda salvar. "Yo creo que sí", ha apostillado.

Según ha dicho el director del Museo del Ferrocarril, este Tren es un servicio "muy importante" ya que es el "tren decano de los trenes históricos" y consideran que es fundamental "no sólo para la conservación del patrimonio". "Sería una pena que desapareciera", ha reconocido Muñoz.

En la misma dirección, ha explicado que el coste de este servicio es "muy alto" pues el material que tiene es de hace "casi cien años y la tecnología que usa está fuera de contexto". "No contamos con los recursos para ello aunque, por otro lado, el servicio tiene rentabilidad social", afirma. Así, ha añadido que en años anteriores, entre todas las instituciones que participan, han conseguido "paliar parcialmente el déficit" aunque es la Fundación la que "asume la mayor parte" de éste. A esto se le suman los "recortes presupuestarios" que han sufrido las administraciones públicas y que "antes o después se trasladan a estas actividades".

Malestar en las asociaciones de los colectivos del ferrocarril

Desde las asociaciones de los amigos del Ferrocarril ya han expresado su malestar por esta decisión y apuntan que, según sus fuentes, "al parecer" la suspensión del servicio "es la única medida que se ha adoptado para aligerar el presupuesto económico y no se han contemplado otras posibles soluciones".

"Esta decisión no ha gustado a ninguno de los colectivos relacionados con el ferrocarril ni, en general, a los consumidores, ya que la ocupación media del Tren de la Fresa siempre ha sido superior al 90% en sus 26 años de funcionamiento", explican desde las asociaciones 'amigo del ferrocarril'.  

Según indican, el Tren de la Fresa, más allá de los aspectos "puramente económicos, ha adquirido una indiscutible función social por ser ya un símbolo de la Comunidad de Madrid y de nuestro país que, por un lado, transmite la memoria entre generaciones de unos modos de transporte ya desaparecidos; y, por otro, representa una singular forma de ocio y cultura de la Comunidad madrileña". "Para muchas personas, su suspensión significa una ruptura difícilmente comprensible y aceptable por la sociedad madrileña", añaden.

Producto turístico-cultural.

El Tren de la Fresa es un producto turístico-cultural del Museo del Ferrocarril de Madrid, gestionado por la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, que fue creada por Renfe con el propósito de que gestionase el patrimonio histórico ferroviario que le atribuyó. Con parte de ese material histórico ha venido explotando desde 1984 el citado Tren de la Fresa.

El tren recorre el tramo inaugurado en 1851 entre la capital y Aranjuez. En concreto, este fue el segundo ferrocarril de la Península, tras el inaugurado poco antes (en 1848) entre Barcelona y Mataró. La inauguración de la nueva línea se celebró el 9 de febrero de ese año y la presentación en sociedad se convirtió casi en una fiesta popular. La longitud de la línea era casi de 49 kilómetros, y su trazado se conserva prácticamente íntegro.

Desde que comenzó a funcionar el servicio de esta segunda línea peninsular contó con gran aceptación entre la población, fundamentalmente por el envío de los productos de la huerta ribereña a Madrid, destacando la emblemática fresa, producto por excelencia del Real Sitio que da nombre al tren.

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