Las dos últimas semanas, Libre Mercado ha publicado sendas entrevistas con los responsables de IE e IESE con el objetivo de encontrar la respuesta de una cuestión primordial: ¿por qué las universidades españolas no aparecen nunca en los rankings de prestigio y, sin embargo, hay 3 escuelas de negocio hispanas entre las 20 más valoradas del mundo?
Cerramos esta serie con Nuria Guilera, directora de Marketing de Esade, que conforma, con las dos instituciones nombradas anteriormente, el triunvirato de grandes MBA españoles reconocidos en todo el mundo. En la lista del Financial Times, Esade ocupa el 19º puesto (quinto si se mira sólo a Europa).
¿Por qué las universidades españolas salen tan malparadas en las listas internacionales y las escuelas de negocio están en los primeros puestos?
Nunca he trabajado en una universidad. Pero lo que sí puedo decir es que en las escuelas de negocio somos conscientes de que el mercado es global y competitivo y no sé si esta conciencia existe en las facultades. A nosotros, los rankings, que son uno de los principales indicadores de la reputación, nos empujan a hacer las reformas para poder competir en el mercado internacional.
Si queremos atraer talento a las escuelas tenemos que atraer un buen profesorado. El mercado nos obliga a ser competitivos. Es necesario tener alumnos para sobrevivir y tenemos que competir por los mejores (que luego se colocan bien en el mercado laboral, amplían el network de antiguos alumnos y te ayudan a mejorar tu ranking).
¿Han encontrado alguna diferencia entre los licenciados españoles de Esade y de otras nacionalidades?
A la hora de seleccionar, nuestros criterios de admisión son los mismos si son españoles o de cualquier otra nacionalidad. A priori, no hay las diferencias sobre papel de los españoles respecto a otras nacionalidades porque, si no, no pueden entrar en el programa. Los que piensan en hacer un MBA, sobre todo a tiempo completo, tienen esta visión internacional. Quizás los españoles tienden un poquito más a querer quedarse en España, son más reticentes a salir fuera a estudiar o trabajar.
¿Y entre los que se presentan?
Si alguna diferencia hay es que nos cuesta mucho atraer a los candidatos españoles hacia un programa así: son más adversos al riesgo -hay que dejar de trabajar, endeudarse, etc- por lo que les cuesta más tomar esta decisión.
¿Qué buscan los estudiantes de un MBA y qué valoran las empresas de sus titulados?
Entre los españoles, hay mucha gente que estudia muchas cosas, pero en realidad lo que valoran las empresas es el trabajo. Los candidatos españoles van empalmando carreras sin trabajar: la sensación es que tienen titulitis. Los extranjeros, muchas veces se sacan su carrera, luego se ponen a trabajar y finalmente hacen un MBA con los objetivos claros.
¿Qué demandarían los MBA a las universidades?
El mundo académico es muy poco flexible. Yo antes tenía un plan de marketing anual, ahora cada tres meses me tengo que replantear todo, mientras que el mundo académico es muy lento y muy rígido. No se adapta. La universidad no debería adaptarse, sino que tendría que ir por delante de todos. Pero ahora es que ni siquiera se adapta al mundo actual. Los programas MBA podemos ser más flexibles y estamos muy cerca de las empresas. Un pilar fundamental es el servicio de carreras profesionales: relación con las empresas y con sus reclutadores. Hablamos con ellos, sabemos qué es lo que necesitan,... Lo ideal es tener una visión más de mercado. Yo soy una profesional del marketing, sé que hay que escuchar al mercado y ser más flexible. Un programa puede ser riguroso académicamente teniendo en cuenta las necesidades de hoy en día. ¿Pero cuántos rectores de universidad hablan con empresas a diario?
Hablando del mundo profesional, una de las razones que nos hizo plantearnos este artículo fue que encontramos estadísticas que decían que los universitarios españoles son los que menos ganan de Europa, ¿afecta eso a sus decisiones?
Mucho. A la mayoría (tanto españoles como extranjeros) le cuesta irse, pero cuando ven los sueldos que se pagan aquí y allí se van fuera. Son unos salarios muy bajos. Entre lo que pagan en Dubai, EEUU o Londres, y lo que pagan en Madrid o Barcelona hay una gran diferencia. Es una pena muy grande, porque a muchos de estos estudiantes de fuera también les gustaría quedarse, porque les gusta el país. Es una pérdida de talento brutal: gente emprendedora, con ganas, que conoce el mercado internacional, España les gusta,... Preferirían quedarse aquí, incluso con un poco de menos sueldo, pero claro, no por la mitad de lo que les pagan. Y a esto hay que sumar todo lo que cuesta montar una empresa, todo el tema burocrático. Hay muchas personas emprendedoras que dirían, ‘yo me quedaría en Barcelona o en Madrid’; pero si no pueden hacer lo que quieren, se marchan a Nueva York.