Que el teatro está en crisis es una afirmación muy socorrida, a la que el "intelectual" que la escucha responde indefectiblemente que siempre lo ha estado. Bien, es posible que el arte de la escena haya estado sumido en una profunda depresión desde Aristófanes, pero de lo que no cabe dudar es que nunca ha estado tan subvencionado, algo por otra parte natural cuando los políticos deciden libremente el uso de nuestro dinero.
Sobre el circo, el otro espectáculo que siempre está en crisis, la peculiar forma de vida de sus integrantes hacía impensable hace años que pudieran rebajarse a pedir la limosna estatal de la subvención, pero el socialismo ha conseguido la hazaña de corromper moralmente hasta a los profesionales más ácratas como los malabaristas o los domadores de osos polares, que en lugar de idear nuevos lanzamientos o trucos con las fieras, ahora se dedican a rellenar formularios.
Eso es lo que hace hoy precisamente la responsable de Cultura, que con gran crueldad se niega a acceder a los deseos de su prole de que "se borre" de ministra. Siete millones de euros es lo que hoy vamos a pagar a las compañías teatrales y circenses de la Unión Europea que tengan planeado realizar alguna gira a lo largo y ancho "del estado español" o algún otro país "de nuestro entorno".
Se trata de subvenciones que las compañías de teatro y circo trincan de una sola vez sin obligación de retorno sea cual sea el éxito de su producción o el nivel de ingresos alcanzado en función de la afluencia de público. Si ganan mucho dinero, para los empresarios, y si ganan poco o pierden, aquí está mamá Sinde con la talega de la pasta ajena para aliviar sus penurias.
Pero no sólo el teatro y el circo obtienen hoy su mordida anual, sino también la danza, la música y, por supuesto, la lírica, que hoy hacen igualmente su aparición en el Boletín Oficial del Estado para llevarse 6,9 millones de euros nuestros bolsillos a repartir entre los empresarios que fomenten el amor del pueblo hacia estas tres disciplinas con sus bonitas giras autonómicas o internacionales.
Gracias a la Excma. Sra. Dña. Angeles González-Sinde, y en contra de lo que afirmaba la canción, son buenos tiempos para la lírica. Y para la danza; y para el teatro. Y para el circo ya ni les cuento.