La caravana del despilfarro autonómico se detiene hoy con todos los honores en la tierra gobernada por José María Barreda y pretendida por María Dolores de Cospedal, contendientes por el sillón presidencial de la junta de comunidades castellano-manchegas en la justa que tendrá lugar el próximo 22 de mayo. Pero gane quien gane, podemos estar todos seguros de que las subvenciones públicas seguirán fluyendo con gran alegría a los bolsillos más entrenados.
Es lo que ocurre con las entidades que se dedican a la "integración social", concepto progresista que abarca un arco variadísimo de actividades que van desde la acogida del inmigrante recién llegado hasta el apoyo a las "trabajadoras del sexo" para intentar que cambien de ocupación, pasando por la "intermediación lingüística" (sic) en una región que, afortunadamente para sus finanzas, no dispone de lengua vernácula a la que traducir los numerosos dialectos africanos o eslavos.
Los ciudadanos castellano-manchegos han repartido hoy cinco millones de euros a las entidades dedicadas a tan noble tarea, con lo que hoy son un poco más pobres que ayer pero menos solidarios que mañana, porque la industria de la solidaridad con el dinero ajeno es un sector en clara expansión incluso en momentos de grave crisis económica, como sabe perfectamente el amable lector que sigue esta pequeña sección diaria.
Pero no sólo de la "integración social" vive el progre, así que hoy las comunidades autónomas, esos acorazados de progreso que según Rajoy nos van a sacar de la crisis, también reparten varias pedreas con el dinero de sus contribuyentes para subvencionar a las asociaciones de jóvenes dedicadas a la "vertebración e integración de la juventud" (sic), como en el caso de Asuturias, para la realización de cortometrajes y videoclips en lengua gallega según manda Núñez Feijóo, o la organización de cursos de prevención de riesgos laborales en Andalucía, siempre y cuando se respete el ordenamiento vigente en materia de "igualdad de género" (sic).
Hay formas raras de superar una crisis económica, pero como la que han puesto en marcha las comunidades autónomas con nuestro dinero seguro que ninguna. Originales que somos.