El PP parece tener una nueva referencia. Se trata de Stéphane Hessel, el autor de moda, que ha despachado cientos de miles de copias de su Indignaos, un pequeño librito de apenas 30 páginas que se ha convertido en un fenómeno social en Francia, con su denuncia de la crisis económica actual. Esta tarde, Esteban González Pons lo ha utilizado para arengar a los jóvenes que han acudido al Congreso de Nuevas Generaciones del partido en Zaragoza. Refiriéndose a él, se dirigió a sus compañeros de partido para pedirles que se indignen por la actualidad política y económica.
El problema es que este libro no defiende precisamente la clase de valores que se supone que debería sostener el PP, o al menos los que hasta ahora se suponía que apoyaba. El panfleto (como le gusta llamarlo al propio autor) de Hessel es, en palabras de su editorial, un alegato contra "los medios de comunicación dominantes en manos del capital o del poder, que sólo empujan a los ciudadanos hacia el consumo, el desprecio a la humildad y la cultura, el olvido generalizado y una competición despiadada de unos contra otros". Es una afirmación que podrían firmar Gaspar Llamazares o Hugo Chávez sin demasiados problemas; parece que también González Pons.
De hecho, el discurso del líder del PP no se ha quedado en la mera recomendación literaria, también ha acudido a las figuras retóricas de su propia invención. De esta manera, ha asegurado que "este Gobierno piensa más en los intereses de Emilio Botín –presidente del Banco Santander– y en los de las grandes empresas" que en los de "los currantes, los trabajadores y los jóvenes". Esto le ha valido ser ovacionado por un público entregado, según informa Pablo Montesinos. El ataque de Pons a las grandes compañías siguió con una feroz crítica a Telefónica por su anuncio de que reducirá su plantilla en España en un 20% en los próximos años. Frente a esta situación, el PP se presenta como "el partido de los trabajadores".
La retórica del comunismo
Habrá quienes disculpen a Pons por estar en campaña, porque no es la primera vez que un político mete la pata en un discurso o porque seguramente no se haya leído el libro, y simplemente haya utilizado su título para arengar a los jóvenes cachorros del partido. Sin embargo, precisamente porque estaba hablando ante los próximos líderes de la política española debería tener más cuidado con sus palabras (aunque quizás se las crea, lo que podría ser peor).
Cuando Pons diferencia entre los trabajadores y las empresas, compra el mismo discurso populista habitual entre la izquierda occidental. El dirigente popular podría haber defendido que el hecho de que las empresas crezcan es bueno para sus trabajadores porque eso creará empleo; podría haber defendido la economía de mercado y el capitalismo como el sistema que más riqueza ha creado (también para los pobres) en la historia de la humanidad; podría haber denunciado el intervencionismo de las administraciones públicas, que perjudica a los emprendedores, a las pymes y también a las grandes compañías; podría, incluso, haber recordado que nadie ha creado más empleo de calidad y más riqueza en España en las últimas dos décadas que Amancio Ortega (el creador de Zara) o Juan Roig (el presidente de Mercadona).
Sin embargo, Pons ha preferido poner como ejemplo a Hessel, que critica el poder de las grandes corporaciones, antes que a aquellos empresarios. De esta manera, cualquier joven del PP que esta tarde, de vuelta a casa, quiera saber qué tiene que pensar, lo tiene muy fácil, sólo tiene que buscar vídeos en internet de Stephane Hessel y escuchar su discurso.
Por ejemplo, en este reportaje de Informe Semanal, el nonagenario galo asegura que "desde que la caída del Muro de Berlín descartó completamente un pensamiento social ambicioso como era el pensamiento de los países del Este, pernicioso en muchos aspectos, pero ambicioso, es la economía la que triunfa". Es decir, que Hessel piensa que un ejemplo de "pensamiento social ambicioso" es el de la URSS comunista o el de la RDA de Honecker (aunque matiza que estos regímenes fueron "perniciosos" en algunos aspectos). Y a Pons le parece que este escritor es un ejemplo para los jóvenes.
Además, los miembros de Nuevas Generaciones también pueden hacer amistad con otros grupos que defienden el pensamiento de Hessel en la red. Por ejemplo ATTAC (una de las organizaciones de extrema izquierda más conocidas) que se une al autor en su denuncia de "la dictadura internacional de los mercados internacionales".
Quizás los jóvenes que busquen a Hessel se encuentren también con referencias a José Luis Sampedro, que aseguraba hace unos días en Público que "esta cultura capitalista de cinco siglos ha agotado ya sus posibilidades". En esta misma entrevista, el escritor español defendía: "El PSOE está haciendo programas de la derecha en asuntos como la educación. Es un gobierno capitalista que depende de los financieros, como el PP. La diferencia es que el PP se regodeará apretando los tornillos de la explotación".
Sampedro prologó el libro de Hessel y éste hizo lo mismo con el último título del español. Ahora, Pons lo utiliza para exaltar los ánimos de los miembros de Nuevas Generaciones. Puede ser un buen momento para que aprendan a no apretar "los tornillos de la explotación".