El gobierno destina miles de millones de euros a la formación del desempleado afirmando que es la fórmula definitiva para acabar con el paro. Si esto fuera así no resultaría necesario destinar otra cantidad pareja para recurrir a la fórmula más vieja de la socialdemocracia para paliar el estado de necesidad de sus víctimas laborales, que no es otra que esa especie de PER municipal al que, mutatis mutandi, recurren todos los alcaldes de España, especialmente cuando se acercan las fechas en que tienen que revalidar su cargo ante los electores.
Hoy son las comunidades de Canarias y Castilla León las que, en sus respectivos boletines oficiales, hacen públicas sendas convocatorias de subvenciones destinadas a meter un dinerillo en las cuentas bancarias de los parados, con la esperanza de que a la hora de depositar el voto recuerden quiénes les sacaron del aprieto. Son las primeras en poner en marcha este discreto programa de incentivos para el voto agradecido, pero sin duda les seguirán el resto en muy pocos días, ya lo verán.
La comunidad canaria destina 7,3 millones a los ayuntamientos de las islas, para que sus alcaldes pongan en marcha su PER particular a un mes de las elecciones, contratando a desempleados de la zona para las tareas más diversas o absurdas.
Por su parte, Castilla León prefiere hoy darle el dinero directamentea los propios desempleados, sabia decisión que ahorrará de paso a los contribuyentes el treinta por ciento de los gastos burocráticos municipales, comisiones aparte, necesarios para poner en marcha estos "mini-PER" como hacen los canarios. En total, 4,7 millones para dar una paga de 450 euros a los obreros abandonados a su suerte por Valeriano y ZP.
La legislación electoral prohíbe que los alcaldes inauguren obras públicas en las proximidades de una cita electoral. Lástima que a nadie se le haya ocurrido aún hacer lo propio con las subvenciones.