La crisis, la entrada en vigor de la Ley Antifumadores y la subida de impuestos son los factores que han provocado la aparición de una alternativa a la compra de tabaco en el estanco: el mercado de contrabando. Se trata de redes organizadas que distribuyen este producto en diferentes puntos del territorio nacional y en todo tipo de establecimientos, tales como locales de ocio, kioscos, tiendas de alimentación, tiendas de conveniencia o mediante el comercio ambulante.
Existen dos formas de operar, la más común es cruzar hasta los lugares fronterizos donde el tabaco tiene una ventaja fiscal respecto a la española o peninsular (como Gibraltar, Andorra o Las Islas Canarias) y, por tanto, es mucho más barato. Los contrabandistas utilizan su propio equipaje, dobles fondos de vehículos y todo tipo de escondites para introducir la mercancía en la península.
La otra está proliferando en España de manera alarmante, según fuentes del sector, y se trata del tabaco falsificado. Estas imitaciones proceden en su mayoría de China y llegan a los diferentes puntos de la geografía española a través de contenedores que, posteriormente, son descargados en diversos puertos nacionales como Barcelona o Valencia. Las cajetillas son excelentes falsificaciones de las marcas más vendidas en el mercado, incluso vienen acompañadas por las etiquetas de Hacienda, pero su falta de control sanitario las convierten en un peligro añadido para la salud de los fumadores.
Los estanqueros llevan más de un año alertando a las autoridades y a la Administración de esta situación. La Unión de Asociaciones de Estanqueros de España ha sido la última en manifestarse sobre este asunto. Asegura que hasta el año 2009 el contrabando en España no tenía ningún tipo de incidencia, pero que en 2010 y principios de 2011 se ha visto un notable aumento en el número de aprehensiones, siendo las zonas más afectadas Andalucía, Lleida y las provincias fronterizas con Portugal. La asociación calcula que los efectos del contrabando suponen para el gremio en la actualidad unas pérdidas de 66 millones de euros.
Otros agentes perjudicados por esta situación son las industrias tabaqueras. Altadis (Imperial Tobacco) asegura que en 2011 las ventas de tabaco de contrabando se sitúan en el 6% de las ventas totales, aunque matiza que en Andalucía rondaría el 10% y en ciertas provincias como en Málaga o Sevilla llegaría al 20%.
La compañía ha estimado también la cuantía que está perdiendo el Gobierno en materia de recaudación a pesar de que los impuestos sobre el tabaco se hayan disparado. Cada fumador paga al Ejecutivo alrededor de 1.000 euros anuales en impuestos o, dicho de otra forma, el 84% del precio de la cajetilla de tabaco lo ingresa íntegramente el Sector Público, por ello el peso de los impuestos sobre este producto es importante para la financiación del Estado. En 2010, el Gobierno se embolsó 9.842,3 millones de euros mediante los impuestos especiales y el IVA del tabaco, un nuevo record histórico en recaudación.
Con la última subida fiscal, según las previsiones de la ministra de Economía, Elena Salgado, las arcas estatales llegarán a obtener 9.054 millones del tabaco en 2011. Pero todo apunta a que se está produciendo el efecto contrario porque es esta subida impositiva la que hace que el precio del tabaco aumente y, por consiguiente, la que introduce a un mayor número de fumadores en el mercado negro, donde las cajetillas cuestan aproximadamente la mitad que en el estanco.
Tanto es así que fuentes de Altadis aseguran a Libre Mercado que cada punto porcentual que aumenta el dato de contrabando en España supone 80 millones de euros menos en impuestos especiales y 18,8 en IVA que dejan de entrar en la Hacienda Pública. En 2011, concretamente, según las mismas fuentes, el Gobierno podría haber perdido ya 510 millones de euros por la expansión del contrabando, pese a subir impuestos.
Por su parte, fuentes de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT), el organismo encargado de la gestión aduanera, no han querido pronunciarse sobre los pronósticos que auguran un repunte de gran magnitud del contrabando en España.